Portada  |  29 julio 2021

Por la erosión costera corre peligro de derrumbe una histórica casa de Las Toninas

Se trata de una casa que integra el grupo de cinco edificaciones del barrio Las Pagodas, una atracción turística de la ciudad balnearia de Las Toninas, declaradas patrimonio histórico y arquitectónico del Partido de la Costa.

Actualidad

Por Gabriela Cerioli

El barrio Las Pagodas de la ciudad costera de Las Toninas está formado por cinco casas ubicadas entre la costanera y las calles 1, 8 y 10. Estas casas formaban parte de un proyecto arquitectónico más amplio que buscaba que las edificaciones que se construyeran en ese sitio se mezclaran con la vegetación y los médanos. Las viviendas tienen espacios muy amplios, con grandes ventanales, que hacen que se pierda el límite entre el interior y el exterior. La parte de afuera de las cubiertas es de ladrillos comunes y tienen forma de pirámide, con poca pendiente.

El barrio fue proyectado en 1963 por los arquitectos Donato Di Pietro, Nilda Tricca y Samuel Oliver, profesores de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, y construido tres años después, cuando todo era arena y el mar se veía a lo lejos. Oliver las planteó como una propuesta destinada a ser un modelo a seguir en relación con el respeto de la topografía y el uso del suelo. Un proyecto pionero que no se supo interpretar.

Casado con una sobrina de Oliver, el reconocido arquitecto Clorindo Testa fue propietario de una de las pagodas. "Con Teresa nos casamos en el año 62 y justo antes de casarnos Samuel Oliver nos contó lo que estaba pensando hacer, y entonces decidimos comprar un lote. Cuando fuimos por primera vez a Las Toninas, se estaban empezando a construir las casas que estaban en el medio de los médanos, había que dejar el auto a tres cuadras y caminar por la arena, subir el médano. Cuando se terminó la construcción empezamos a ir los veranos. Fue lindísimo porque era un lugar absolutamente natural, no había ruta entre el mar y las casas, era un lugar como debía ser un lugar de veraneo en el mar”, contó  Clorindo Testa durante una entrevista.

“La manzana que hizo Samuel Oliver estaba muy bien proyectada. Los lotes eran de 20 metros de ancho, era todo muy aireado, las casas estaban separadas, eran todas iguales pero distintas, porque algunas tenían dos dormitorios, otra uno, la nuestra tenía una especie de altillo atrás, un depósito, tenían esa variedad, y además la orientación, que algunas estaban en orientaciones distintas. Con lo cual había un movimiento dentro de casas que tenían todas un mismo punto de partida, que era ese ´estar´, el living que medía 6 por 6, con la cúpula arriba, y enseguida las empezaron a llamar las pagodas", expresaba Testa al recordar los orígenes del barrio.

Durante año, estas casas sufrieron deterioros, especialmente la de Testa que hoy se encuentra en peligro de derrumbe por la erosión costera, aunque hace un tiempo se formó una comisión para su restauración, que incluía planes para levantar gaviones que las protegiera de la erosión marina.

“La casa está prácticamente pendiendo en el aire. Siento impotencia: a mi casa no puedo entrar, porque me da miedo estar adentro”, subraya en Telefe Noticias Erika, actual propietaria de la casa-monumento.

“Siento que es un legado. Preservé esa casa con todo el amor del mundo, cuidando del patrimonio. De manera privada conseguí ocho camiones de escombros pero sin gaviones es imposible”, indica.

En ingeniería, los gaviones consisten en una caja o cesta de forma prismática rectangular, rellena de piedra o tierra, de mimbre o mallas metálicas de acero inoxidable o hierro galvanizado con bajo contenido de carbono.

Erika no pierde las esperanzas y hace un llamado público: “Las autoridades deben continuar con los gaviones. Todavía la podemos salvar”.

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“El Municipio anunció la construcción de 400 metros de gaviones hace tres años. Sin embargo, solo erigió 150 metros, extensión que no fue suficiente para abarcar esta casa de valor histórico”, sostiene la dueña de la casa que fue edificada para la escritora María Rosa Oliver -descendiente de María de los Remedios de Escalada de San Martín-, obligada a moverse en una silla de ruedas por haber contraído poliomielitis durante su infancia.

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La propiedad era refugio y lugar de inspiración para Oliver, una de las fundadoras de la Revista Sur y de la Unión Argentina de Mujeres (UAM), desde donde promovió el voto femenino. A su casa invitaba a sus amistades, entre quienes se encontraban Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vinicius de Moraes. “La autora escribió mucho sobre la casa en sus libros”, señala Erika y agrega que “mucha gente se ha acercado pensando que era un museo. Yo fui recibiendo todas las historias” para anidarlas y preservar el legado cultural de Las Toninas.

Erika concluye: “El mar puede golpear pero lo que más golpea es la desidia de los funcionarios”.

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