Su nombre completo es Fernán González Bernaldo de Quirós. Pero se hace llamar por su ultimo apellido, quiso simplificar. Nació en Buenos Aires, en Olivos, el 1 de agosto de 1962, tiene 57 años.
Lo llamaron Fernán porque su madre, en el mes de su nacimiento, leía un libro sobre Fernán González - conde de Castilla. Debió acudir a su creatividad, porque aquella vez nombraría a su noveno hijo.
Su padre era pediatra, de origen español. Solía trabajar varias horas al día. Estaba presente en la familia pero distante, acaso poco accesible. Aquella historia se repite de cierta forma: un Quirós que nuevamente enfrenta un arduo trabajo, de largas horas.
Los hermanos Quirós son 10 en total. Las travesuras de la infancia fueron innumerables. La puerta de la casa se mantenía abierta a quien quisiera entrar. Entre sus rebeldías, Fernán recuerda que con un hermano robaron en el barrio los números de las puertas de las casas para coleccionarlos. Cuando su madre se enteró debieron devolver una por una, con un "perdón" de por medio.
No era fácil ser el noveno. Los recursos económicos se agotaban de cierta forma. Debió cambiarse de la escuela privada a la que atendía a una escuela publica. Y recuerda, todavía con sonrisa pícara, la pelea por las milanesas en la mesa. Quien se apuraba (y daba algunos codazos) podía lograr la mejor porción.
Los Qurós más grandes solían dar órdenes a los más chicos, pero Fernán, siendo el noveno, cuidaba a la décima hermana, María Julia, que tiene síndrome de Dawn. La empatía, el amor y cuidado que le proporcionaba lo caracterizan hoy como hermano.
Por lo visto, la unión con su familia ha sido inigualable, pero siempre hubo una diferencia que nadie olvida: el cuadro de fútbol. Fernán es el único de Boca, entre sus hermanos de River.
Aunque travieso en la niñez, fue siempre aplicado académicamente. Decidió estudiar medicina y se graduó de la UBA en 1987 con diploma de honor. Es más, aún era estudiante cuando escribió un libro de fisiología respiratoria, que fue muy leído en la facultad. Se especializó en medicina interna y entró en la residencia en el año 1988.
Durante 30 años trabajó en el Hospital Italiano. Fue vicedirector médico y también jefe del departamento de Fisiología Humana. Durante la gestión de Mauricio Macri aconsejó al gobierno sobre un plan de compra de insumos. Con sus propuestas y opiniones ganó la confianza del partido y específicamente de Horacio Rodriguez Larreta, quien le propuso su actual cargo.
El Dr Marcelo Marchetti, director del Hospital Italiano (con quien Quirós compartió más de 30 años de carrera), lo define como una persona con profesionalismo, activo, que no pierde el tiempo. Pero acepta que su orden es casi excesivo, dedica un tiempo en específico para cada asunto, ni un minuto más ni uno menos. Hasta para correr, actividad que practica desde los 12 años.
Sus hermanos lo definen de forma similar. "Pone cabeza y cuerpo en el mismo lugar", dicen. Según comentan, su exigencia es tal que necesita que quienes trabajan con él tengan la misma intensidad de dedicación, la misma vocación de servicio.
Acaso esa sea la forma de lograr altas metas. Y más frente a un enemigo tan difícil de descifrar, como lo es la pandemia actual. Pero hay dos cuestiones esenciales: la simpleza y la empatía con la dificultad del otro.
Y Quirós, aquel hombre que se cortó el pelo recién hace días, intenta no olvidar aquellos dos ingredientes. Tan centrales en la receta del crecimiento.
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