Un club barrial de Hurlingam busca sobrevivir en medio de la pandemia y darle un espacio cada vez mejor para los chicos del barrio.
La vuelta a las actividades tras la cuarentena trajo mucha ilusión pero también una dificultad. Cuando los profesores alertaron que muchos de los chicos no tenían calzado acorde, Nicolás comenzó una cruzada solidaria en redes sociales para conseguir los deseados botines a los chicos.
Sueñan con poder techar la cancha para recibir campeonatos y que los chicos puedan jugar de local.
Para ayudar al club buen camino: 11396852
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