Fabian tiene 18 años y nunca tuvo DNI. Sus padres nunca lo inscribieron porque tampoco contaban con un documento. Hace un tiempo, cansado de prohibirse cosas por no contar con el DNI, inició los trámites pero nunca pudieron terminarlo porque siempre faltaba un papel y la burocracia a la que era sometido cada vez, terminó por desanimarlo.
Fabian tiene una hija de dos años, pero en ningún lado puede acreditar su paternidad. Hoy, esta es una de sus prioridades para tener su DNI, la otra es vacunarse contra el COVID.
Gabriela tiene 27 años y tampoco tiene DNI. Su madre, escapó de Chaco hacia Buenos Aires y nunca la registró. A los 17 años, Gabriela comenzó los trámites pero la falta de papeles que certifiquen su nacimiento imposibilitaba el trámite. Llamados que nunca llegaban, maltratos, idas y vueltas al registro civil, firmas rebotadas y un sinfín de situaciones hicieron que Gabriela se desanimara en la búsqueda de su DNI.
Gabriela tiene 5 hijos, pero no aparece como madre de ellos en ningún lado debido a la falta de su documento. Cursó la primaria hasta sexto grado hasta que decidió abandonar y comenzó a trabajar limpiando casas. Gabriela asegura que el hecho de no tener un documento de identidad, tampoco le iba a permitir demostrar la finalización de sus estudios, pese a eso, hoy quiere terminar la escuela para darle el ejemplo a sus hijos: “Quiero que ellos sean alguien, yo no pude serlo”.
Gabriela no puede vacunarse por no tener DNI, pero sus ganas la hicieron averiguar en cada posta de vacunación cómo podía hacerlo. En todos lados fue rebotada, pese a que estaba cursando un embarazo.
Vacunarse será una de las primeras cosas que haga cuando reciba su DNI.
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