Esta es la historia de familias, jóvenes, adolescentes y adultos que durante el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio se quedaron sin trabajo de changas o trabajo formal y no pudieron pagar más el alquiler.
Muchos de ellos pasaron unos días en la calle y otros fueron directamente a vivir a una pensión u hotel familiar en la Ciudad de Buenos Aires.
Las pensiones y los hoteles familiares son un escalón antes de quedarse en situación de calle.
Aquí Ariel un albañil de 35 años, Gabriel de 28 años y una familia completa; la de Karina que no pudo pagar el alquiler de una casa en Moreno porque su marido se quedó sin trabajo en una papelera. Ella vendía facturas cremonas y la cuarentana no permitió que continuara con esa tarea. Karina y su marido José, junto a sus tres hijos viven en una habitación de un hotel familiar, comparten la cocina y el baño con una vecina.
Si bien el ejecutivo, en medio de la pandemia, dictó una ley y dos DNU donde prohíbe los desalojos y el congelamiento de los alquileres que se extiende hasta fines de enero: los descensos en sus ingresos económicos por falta de trabajo hicieron de sus vidas un verdadero calvario.
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