El 19 de mayo fue el último día que la familia Fitzsimons vio a Frankie, un gato atigrado de 16 años, andar por su casa en el Reino Unido. Tras su desaparición, un grupo ayudó a la familia a buscar al gato en la ciudad durante varios días, no perdieron la esperanza hasta que vivieron un hecho insólito.
Resulta que días después, Rachel Fitzsimons encontró un gato muerto en la autopista M6 casi idéntico a Frankie, según la BBC.
Más tarde, el personal de Highways England -institución de gobierno que opera y mantiene las autopistas de Inglaterra- entregó el cuerpo del felino a la familia.
Pensando que se trataba de su gato, pues sus características físicas eran similares a las de Frankie, la familia decidió cremar su cuerpo. Pasaron los días y en medio del luto un gato apareció en la entrada de su casa, pronto descubrieron que se trataba de Frankie.
La familia estaba en shock, pues en realidad habían cremado el cuerpo de un gato que pertenecía a otras personas; el suyo estaba vivo y había encontrado el camino de regreso a su casa.
"Regresó, frágil y hambriento pero vivo. Así que incineramos el gato de otra persona", comentó Rachel Fitzsimons, quien recordó que incluso llevaron a su casa las cenizas del gato que no era suyo.
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