Portada  |  14 junio 2019

#Telefem: Las chicas detrás de los pañuelos

Son muchas, salen a la calle, copan las redes sociales, defienden sus ideales a pañuelo y puño cerrado y con sus convicciones hicieron cambiar de parecer a padres y autoridades.

Telefem

Lejos del silencio, las jóvenes de las nuevas generaciones, ya no se callan. Son un componente ineludible en la lucha por la conquista de derechos de las mujeres. Aportan frescura, color, ideas y posturas firmes sobre las cuestiones que giran alrededor de la mujer.

De un lado o del otro, verde o celeste, todas defienden sus ideales. Con posiciones en algunos casos antagónicas, hablaron libremente sobre qué piensan acerca del feminismo, la legalización y despenalización del aborto, la maternidad y -entre otras cosas- sobre cómo ven en el futuro la lucha de las mujeres por la conquista de nuevos derechos.

#Telefem fue en búsqueda de jóvenes de diferentes ideologías para hacerles las mismas preguntas. Sin pañuelos ni símbolos, con la palabra como protagonista, ésto fue lo que respondieron.

FEMINISMO Y MARCHAS

“El feminismo para mí es una forma de construcción conjunta, sorora, entre mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries, para alzar nuestra voz exigiendo que se cumplan nuestros derechos, que paren de matarnos”, dice Florencia Seminara, estudiante de Trabajo Social y presidenta del Centro de Estudiantes de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Del otro lado, se encuentra Dominique Ducdoc, periodista de 25 años, quien también se considera feminista pero no activista, es decir, no acude a las marchas. “Soy feminista en el día a día”, sostiene la joven que apoya abiertamente los reclamos de “Ni Una Menos”.

Por el contrario, Guadalupe Batallán, una estudiante de periodismo de 21 años, al igual que Kiara Benítez, estudiante de 18 de años, no se consideran feministas. “No me siento identificada porque hay algunos reclamos del movimiento feminista en que no estoy a favor. Por eso no voy a las marchas”, afirma Benítez. Batallán es más tajante: “Feminismo es machismo dado vuelta. Es un movimiento inservible y nocivo para las mujeres y la sociedad”.

Martina García tiene 26 años, es socióloga y cuando habla de feminismo lo define como “un movimiento político y social que lucha contra las injusticias y las violencias, principalmente de género, pero no únicamente”. “Creo que el feminismo es motor de lucha y bandera contra todo tipo de opresión”, dice, con total convicción. Para ella el feminismo es también un proyecto político emancipatorio que lucha por la construcción de vidas vivibles y de mundos donde entren “todes”. “Desde ahí que me reconozco como feminista”, dice,

Constanza Durisotti tiene 17 años y es 1ra vocal del Colegio Nacional Buenos Aires. “El feminismo es la lucha que nos da pie a replantearnos todo lo que nos enseñaron desde que nacimos, sobre cuál era el rol de la mujer en la sociedad, sobre nuestras relaciones, sobre nosotros mismos”, dice. Y agrega: “Creo que es a partir de estos replanteos que nos dimos cuenta de la desigualdad de la opresión en la que vivimos y empezamos a decirle basta, sabiendo que no estábamos solas para hacerlo. Yo creo que el feminismo es fuerza, es empoderamiento y es esta sensación de saber que vas a estar siempre acompañada”.

“Yo me considero feminista porque me costó mucho entender que los sufrimientos, las injusticias y las broncas que me pasaban, las habíamos pasado todas, y entender eso rompe con la soledad absoluta que te termina marginando”, sostiene Sol Godoy, estudiante de Ciencia Política. Para ella definir al feminismo es “difícil, porque “no hay uno” y considera que lo más importante del movimiento es -más allá de colores que cada mujer tenga, políticos y de pensamiento- el feminismo encuentra todos los días a las mujeres “venciendo” al sistema.

EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL E IDENTIDAD DE GÉNERO - DIFERENCIAS MARCADAS

Las diferencias empiezan a acentuarse al hablar de aborto e identidad de género y se podrían agrupar en dos posturas firmes: las que están a favor y aquellas que están en contra de las dos. En la última postura, la biología se convierte en un factor decisivo respecto de ellas mismas y de los demás.

“Lo que me hace mujer es el sexo biológico con el que nací, pero más allá de eso no considero que sea importante por más que se quiera poner el foco ahí, si sos hombre o si sos mujer sino qué tipo de persona sos”, sostiene Batallán. Con el mismo criterio a la hora de definir lo que la hace mujer, respondió Ducdoc: “Lo biológico no se puede negar”.

Al hablar de lo que significa para ella ser mujer, Sol dice que no solamente es su expresión de género. “Hoy lo que me referencia a mí como mujer es la construcción colectiva desde este nuevo ser mujer, que construyo día a día con mis compañeras, este encuentro colectivo, esta sororidad”, subraya.

En relación a la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral, todas parecen estar de acuerdo en que se enseñe en los colegios, aunque -en algunos casos- lejos de cualquier “doctrina”.

“Es una herramienta muy valiosa. Siempre y cuando esta educación esté basada en hechos científicos y biológicos. Rechazo de manera rotunda la idea de que sea haga doctrina a través de la ideología de género ya que esta ideología no tiene ningún sustento científico. El Estado no debe imponernos ningún tipo de ideología”, opina Florencia Joubert, abogada, 26 años.

“Muchos estamos en contra de la Educación Sexual Integral con ideología de género. Es una intromisión tremenda en la individualidad de una persona. Es adoctrinamiento y es terrible”, dice Batallán.

Martina recuerda que en el colegio nunca tuvo una clase de Educación Sexual Integral y que lo más cerca que estuvo de ello fue una charla aislada sobre menstruación, donde sus profesores le entregaron una toallita a escondidas, como si se tratase de algo malo, algo, dice, de “lo que no se puede hablar, un tabú”. “Creo que la Educación Sexual Integral es algo muy importante para poder conocernos, para conocer, para poder descubrir las formas del deseo, para poder reconocernos, respetarnos. Es muy importante la ley, es muy importante su aplicación, creo que abre un abanico de libertades muy grande”, asegura.

En sintonía se expresa Florencia Seminara, quien tampoco tuvo Educación Sexual Integral en la escuela y quien cree que es “super necesaria e importantísima”. “Que se cumpla realmente, que estén los recursos destinados desde el Estado, para que, en todas las escuelas, en todos los secundarios, en todos los terciarios y en todas las universidades efectivamente tengamos educación sexual integral para que todes seamos iguales el momento de tener conocimiento sobre relaciones, vínculos, noviazgos, noviazgos violentos, formas de cuidarnos, cómo funciona nuestro sistema reproductivo y un montón de más cuestiones que se toman en cuenta en la ley”.

DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO. POSICIONES IRRECONCILIABLES

En cuanto a la despenalización del aborto, las que están en contra van desde la total prohibición incluso en caso de violación, como transmitió Benítez: “No es la solución, ni siquiera en caso de violación. El aborto no es salud, siempre perjudica a alguien. Lo pueden llamar feto o bolsa de células, pero es un ser humano en estado de desarrollo”.

Ducdoc también está en contra del aborto pero acepta la excepción de la violación: “Me parece que cuando un bebé se gesta es una persona y me parece que nadie, ni yo tengo el derecho de decir quién vive y quién no”, agregó.

Joubert, por su parte entendió que el aborto quita oportunidades: “Primero a la mujer, de vivir una vida sin culpa y con esperanza. Esa mujer, por más de que se haya realizado la intervención quirúrgica en un centro de salud y que haya salido exitosa, no significa que esa mujer no vaya a vivir con un vacío y con un dolor en el corazón durante toda su vida. El pos aborto es una situación que es irreversible. La vida no es descartable. La vida no se reanuda. El aborto también le quita la oportunidad a una persona de vivir, porque es una persona que está en una etapa de desarrollo inicial. Está en una etapa de crecimiento. está creciendo, y es persona. sí, es persona. no lo dice ningún tipo de ideología, lo dice la ciencia, la biología y nuestro ordenamiento jurídico”.

No piensa igual Florencia Seminara para quien el aborto no sólo se tiene que despenalizar. “Creo que el aborto tiene que ser legal, seguro y gratuito e iremos por eso para que no muera ninguna mujer ni cuerpo gestante por un aborto clandestino”, dice, y clama con seguridad por la sanción de la ley. También, a favor, Constanza considera que “no se trata de si aborto sí, aborto no”. “El aborto existe igual, existió y va a seguir existiendo, se trata sobre si es legal o clandestino”, agrega.

En el mismo sentido se expresa Martina García: “Estoy a favor de la legalización del aborto, estoy a favor de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, creo que las mujeres y los cuerpos gestantes decidimos, abortamos, lo hacemos ahora en la clandestinidad y lo que define si sobrevivimos a un aborto o no es nuestro bolsillo. Creo que realmente el aborto tiene que dejar de ser un privilegio de clase, que el Estado tiene que reconocer nuestra capacidad de decisión, que lo hacemos, que abortamos y lo único que tiene que hacer el Estado es garantizar las condiciones para que esto suceda en un hospital público de manera segura y gratuita”.

“Yo obviamente estoy a favor de la despenalización del aborto, también de la legalización del aborto en la Argentina, creo que hay sectores que no quieren que se legalice, creo que la Iglesia juega un rol importante en ese sentido”, considera Eva Dimópulos, estudiante y presidenta de FUBA. “Creo que todo el mundo tiene derecho a tener una religión, lo que creo que creo que nadie tiene derecho es a imponerle a otra persona ni al conjunto de la sociedad esa manera de pensar”.

“El aborto existe, existió y va a seguir existiendo. El Estado, al ser un tema de salud pública, no se puede permitir legislar en base a juicios personales, morales y religiosos, sino que tiene que garantizar el bienestar de las mujeres y todo cuerpo gestante”, dice Sol Godoy, en sintonía con las últimas jóvenes que se muestran a favor de la despenalización y legalización del aborto.

MATRIMONIO E HIJAS/ OS. DIFERENCIAS MENOS TAJANTES

Las chicas no alineadas con el aborto ni la identidad de género fueron más contundentes en cuanto a su deseo de casarse y ser madres.

“Obvio que quiero casarme”, sotiene Batallán, que también desea ser madre: “La maternidad es algo hermoso y ojalá pudiera tener una familia tan linda como la mía”. Ducdoc comparte: “Sigo creyendo en el amor, sigo pensando que hay hombres buenos. El matrimonio es una institución muy especial que puede durar toda la vida, es un ritual muy especial”. “Me gustaría ser mamá. Cuento con todas las características para poder biológicamente también darle amor a mi hijo y hacerlo nacer. Me gustaría usar todas esas cualidades”, concluyó.

Martina García dice que no se quiere casar y que si bien en un futuro piensa que le gustaría ser madre, no lo sabe. “Me parece que lo que está bueno es que sea una elección, una decisión e ir sacudiéndonos esos mandatos sociales que recaen tanto sobre el cuerpo de las mujeres especialmente”, opina. A sus 17 años Constanza dice que por ahora no quiere casarse, aunque tal vez en un futuro sí, aunque por civil y no por Iglesia. “No quiero ser tan tajante con esta respuesta, pero la verdad es que no, no me quiero casar ni quiero ser madre”, dice Sol Godoy.

VIOLENCIA Y DESIGUALDAD DE GÉNERO. COINCIDENCIAS

En estas temáticas es donde se encontraron mayores coincidencias entre las chicas. La mayoría reconoció haber estado en situaciones violentas y que hay desigualdad respecto de los varones.

“El hombre siempre dominó sobre la mujer. Por el feminismo está cambiando, las mujeres estamos empezando a ser escuchadas. no somos iguales porque la brecha salarial está, porque las oportunidades no se dan de la misma forma. todavía falta para que seamos iguales”, señala Ducdoc quien también cuenta que sufrió violencia de género al igual que Benítez.

Batallán comparte que hay desigualdad pero basada en lo biológico y Joubert comparte: “Los hombres y las mujeres somos totalmente diferentes. Somos diferentes física, emocional y psíquicamente. pero esta diferencia no significa que haya uno ni mejor ni peor. Simplemente somos distintos. Lo sabio es que, en medio de toda esta diferencia podamos encontrar virtud. Nos podamos ayudar los unos a los otros”.

En este punta, Martina García cuenta que entre los 17 y 18 años tuvo un vínculo de mucha violencia psicológica, donde había celos, posesión, control. "Me revisaba el celular, las redes sociales, me hacía historia si salía, no me dejaba juntarme con mis amigos hombres, se fijaba qué me ponía, me criticaba por cómo bailaba, por cuánto tomaba, fue una historia bastante fea que la verdad la logré atravesar gracias a mis amigas y hoy es el parámetro de todo lo que no quiero para una relación", sostiene.

Y habla sobre el amor y las formas de vincularnos unos con los otros: "En ese momento creía que los celos eran una muestra de amor, que el amor era para siempre, tenía como esas imágenes muy fuertes, muy clavadas en mí, hoy por suerte me voy desprendiendo de esas ideas. Creo que el amor es una idea que hay que trabajar y que hay que empezar a deconstruir porque nos enseñan a amar así, ¿no? Las princesas de Disney".

EL FEMINISMO EN 10 AÑOS

Batallán no ve con buenos ojos al futuro dominado por el feminismo: “Va a ser algo nefasto. Es un movimiento inservible y nocivo para las mujeres y la sociedad”.

Ducdoc, por el contrario, difiere: “Creo que hay muchísimo por hacer. Muchas cosas que necesitan una mejora. La brecha salarial sigue estando, la igualdad de oportunidades, la salida laboral. Me gustaría que se resuelvan”.

Constanza sueña a futuro con un feminismo de conquistas: “Esta es la revolución de las hijas así que creo que en 10 años ya nos va a haber tocado a nosotras estar donde hay que estar para hacer cumplir nuestros derechos”, dice.

“Sí vamos a estar tomando más espacios de poder, sí va a haber cuestiones de las cuales ya no se va a poder ir marcha atrás, sí vamos a haber conquistado algunos de los derechos esenciales que tenemos que conquistar, pero que también se va a seguir masificando, nos va a seguir deslumbrando, nos va a seguir sorprendiendo”, dice Florencia Seminara con orgullo.

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