Portada  |  25 enero 2017

La emotiva carta de la hija de José Luis Cabezas, a 20 años de su brutal asesinato

María Agustina Cabezas, hija de José Luis, tenía 6 años cuando su padre fue asesinado en plena temporada de verano en Pinamar. Pasaron dos décadas y la joven decidió dar a conocer qué le pasó durante todo este tiempo y cómo recuerda a su padre a través de una carta llena de emoción.

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"Carta Abierta para Mi Viejo", así se titula el texto que publica este miércoles "La Garganta Poderosa" en su página web. Su autora, hija del fotógrafo José Luis Cabezas, era una nenita cuando mataron a su padre, mientras cubría la temporada en Pinamar para la revista Noticias.

José Luis Cabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997. Su cadáver calcinado fue hallado dentro de su auto, con las manos esposadas a la espalda y dos tiros en la cabeza.

Fue asesinado después tomar para esa revista las primeras fotos hechas públicas del empresario Alfredo Yabrán, en el marco de una investigación periodística sobre su presunta implicación en casos de corrupción política.

Yabrán luego fue investigado como autor intelectual del crimen pero se suicidó el 20 de mayo de 1998, sin llegar a juicio.

El texto completo, a continuación:

"No es fácil decirte estas palabras, porque 20 años son casi toda mi vida, casi toda la vida de mis hermanos. Y cuando te mataron, yo apenas tenía 6... Como sabrás, en muchos momentos, sobre todo los primeros tiempos, te necesité demasiado, permanentemente. Ante cualquier tarea del colegio, para mi cumple de 15, en los Días del Padre… Porque sí, ya sé que son días comerciales, pero cuando mis compañeros planeaban qué regalarles a sus papás, yo no planeaba, yo sabía que no podría regalarte nada, ni un abrazo", señaló la hija de Cabezas en su carta abierta, que fue publicada por la revista La Garganta Poderosa.

"Y no, tampoco puedo evitar pensar tu ausencia omnipresente en mi futuro, cuando tenga hijos y no puedan conocer a su abuelo. Se hace difícil, viejo. Aquella noche, yo estaba de vacaciones con vos, en Pinamar, junto a mis hermanos Juan y Candela, recién nacida. ¿Te acordás? Mamá pasó a buscarnos de inmediato, para volver a Capital. Y al día siguiente supimos que habías muerto. Que habías muerto, "en un accidente de autos".

"Seguí creyendo eso durante algún tiempo, hasta que tocaron el timbre de casa. Era un periodista, un tipo que necesitaba hacer preguntas, pero mamá lo sacaba a los gritos, intentando resguardarnos. No quedó otra. Tuvo que contarme la verdad y, desde entonces, no sólo empecé a ver tu rostro en todos lados, sino también el miedo, ese miedo que acompañó mi crecimiento, por si venían a buscarnos "por lo que había hecho papá".

"Con el paso de los años, esa sensación fue disminuyendo, mientras te seguía conociendo, porque estas dos décadas me sirvieron además para escuchar y comprender qué cabeza dura eras, qué aventurero, qué chistoso, qué apasionado de la fotografía. Sin dudas impulsado por ese amor, nos retrataste mil veces a mis hermanos y a mí. Tanto, pero tanto, pero tanto, que pude tapar los agujeros de los recuerdos que no tuve, con las fotos que sí tengo. Rearmé mi vida, con el rollo de la tuya. Y tal vez por eso, hace unos años empecé a estudiar".

"Esa pasión, como esos álbumes, por supuesto la heredé de vos y me hace sentir orgullosa, cada vez que agarro una cámara tratando de hacer una imagen "copada", aunque después no me salga como las tuyas. Es necesario recordarte, para mí y para todos. Es necesario que nadie olvide jamás lo que te pasó. Y aunque me dé impotencia que ninguno de los responsables esté preso, quiero que sepas que tengo una mirada distinta a la mayoría sobre la cárcel. Pues tal como existe, entiendo, no sirve para nada".

"En definitiva, nadie me podrá devolver a mi papá. Me quedo con la libertad para recordarte, como te recuerda este grito con toda La Garganta, para que una y mil veces más el mundo haga memoria: "¡No se olviden de Cabezas!".

"Ahora, eso sí, para mí, el 25 de enero representa tan sólo un día más, porque a vos, viejo, a vos te pienso siempre. Te pienso cotidianamente. Te pienso en tu cumpleaños. Te pienso cuando me despierto. Te pienso cuando me acuerdo que soñé con tu cara. Y hoy también, claro".

Foto: Revista Noticias

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