El crimen de un joven de La Tablada causó conmoción. A Alan Bravo, de 20 años, le intentaron robar el auto y le pegaron un tiro en el pecho.
Bravo se había comprado un auto deportivo (un Peugeot RCZ) hace tres días. El sábado a la medianoche, ladrones lo sorprendieron en la puerta de su casa mientras compartía un momento con un amigo y su novia.
En segundos, según relató el amigo que vio todo desde la casa, recibió un disparo en el pecho: el balazo entró por el lado izquierdo del tórax y salió por la espalda.
Télam informó que el fiscal Gastón Duplaá ordenó analizar videos de cámaras de seguridad de la zona y también levantar huellas digitales que quedaron en el auto.
A los 18 años, Alan se había ido a vivir solo. Para mantenerse, trabajaba con su hermano en una empresa de transportes.
Fanático de los autos, tras mudarse a un departamento había comprado su primer vehículo: un Citroën DS3. Casualmente, también habían querido robárselo.
Al cambiar el Citroën por el Peugeot, había compartido su alegría en Facebook. "Nunca dejes de soñar y de creer en tus sueños. Bienvenido", publicó un día después de comprar el auto y dos días antes de morir.
Las fuentes lo describieron como alguien a quien "le gustaba progresar" y que tenía "un montón de proyectos". "Que en paz descanses sobrino. Y a los que te cortaron las alas, que Dios y el peso de la justicia caiga sobre ellos. Porque fuiste un pibe trabajador y tenías lo que con sacrificio te costó. Justicia", publicó en las redes sociales Mónica, tía del muchacho.
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