La bajante del Río Paraná continúa siendo un drama. Desde la ciudad de Santa Fe impacta el paisaje que generó y que se puede observar desde las costaneras. En diálogo con Buen Santa Fe, Ricardo Giacosa, del Instituto Nacional del Agua, confirmó que la principal causa se debe al faltante de lluvias en las cuencas. Entre las consecuencias, descartó que pueda afectar a la captación de agua.
“La bajante va a continuar. En Rosario está por debajo del cero. Que sea negativo, no significa que esté por debajo del nivel del mar. Hoy en Santa Fe estamos en 25 cm. Y en 1944, estuvimos -1,03 cm”, comenzó diciendo Giacosa.
En cuanto a los pronósticos a corto plazo, contó que “el mes de julio va a ser siendo crítico y favorable: no se producen lluvias de envergadura y no va a haber crecimiento de caudal. Hoy en Itaipú, hay 4500 metros cúbicos, la mitad de los 10.000 habituales. Eso afecta enormemente, lo que puede afectar es en los niveles donde están las bombas, pero no en la extracción de agua. No va a faltar agua. Hay que adaptar las bombas, descenderlas o complementarlas”.
Continuando con las consecuencias que puede implicar esta bajante, explicó que “a la navegación la afecta enormemente mientras que, a la energía hidroeléctrica, la planta de Yacyretá está turbinando al 50%. Esto va a continuar por los próximos tres meses, va a seguir descendiendo porque no se producen lluvias en las cuencas de aportes. Hoy las condiciones son de sequía. Más allá de que en septiembre u octubre lleguen las lluvias, eso tiene un tiempo de retardo. En julio vamos a estar cerca del cero en Santa Fe”.
En este sentido, aseguró que los efectos que tendrá la bajante serán mayores en relación a situaciones similares ocurridas décadas atrás. “Las condiciones de hace 100 años eran distintas. Las tomas de agua estaban en Santa Fe, lo que no había es el tráfico fluvial que hay hoy. Los puertos del Gran Rosario se hicieron después de la década del 70-80, el impacto que va a tener la bajante es mayor que la que ha tenido antes. Lo que afecta es en el calado: los barcos no pueden ir con sus bodegas llenas. Tiene una implicancia económica. Se complementan en puertos de ultramar”.
Con respecto al cambio en el paisaje, describió que “a nosotros los santafesinos que estamos acostumbrados a caminar por la Costanera, no estamos acostumbrados a este paisaje. El antecedente anterior es de hace 50 años, donde la Setúbal se veía sin agua. Impacta, al igual que en la zona de islas. La mayor parte de los riachos están cubiertos de vegetación”.
“Lo que nosotros tenemos es una foto. Pero en realidad, el río es algo dinámico. Va cambiando. Al ser tan prolongada la sequía, se desarrolla vegetación en la zona. Va a afectar luego cuando haya una crecida, va a cambiar el río y va a continuar cambiando. Medimos continuamente desde el Instituto”, añadió.
A partir de esto, habló de lo que puede ocurrir en la Laguna Setúbal. “Cien años atrás, la Setúbal se alimentaba del Saladillo Dulce y Amargo. Con las sucesivas crecidas, el ingreso desde Arroyo Leyes y Ruta 1, fue importante. En la medida en que no vaya a ingresando, irá decreciendo”.
“Hay que tener en claro que las crecientes y bajantes tanto del Paraná como de otros cursos, son procesos naturales. La causa desencadenante es que no llueve. Lo único que uno puede hacer es, a partir de registros, poder predecir con antelación cuál va a ser el comportamiento del río para que se tomen las decisiones correspondientes, pero no se pueden evitar. Los valores van a estar próximos a cero, al menos en el próximo trimestre”, cerró Giacosa.
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