Portada  |  12 junio 2020

Cuarentenials: esperan mellizas y están separados por culpa de la pandemia

Juliana y Rubén van a ser padres de dos bebas en pocas semanas, pero están en diferentes países. Cuando arrancó la cuarentena y se disponían a viajar a Argentina, a él lo bajaron del avión.

Cuarentenials

A mediados de Agosto, Juliana y Rubén van a ser padres de mellizas. El momento más feliz de sus vidas quedó opacado luego de quedar separados por la pandemia de coronavirus que azota al mundo: él está en México y ella en Argentina, cursando su embarazo gemelar. 

El 22 de marzo, dos días después de iniciado el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en Argentina, los dos estaban a punto de volar a Buenos Aires cuando a él lo bajaron del avión por no ser argentino. 

EL VIAJE

No vieron nada raro el día que tenían que viajar. En México corría una sensación de que se estaba ante algo serio, por más que el Presidente Andrés Manuel López Obrador desfilara por los medios de comunicación minimizando al virus. Juliana y Rubén llegaron al aeropuerto e hicieron el check in, listos para tomar el avión que los depositara en una nueva etapa de sus vidas.

Mientras esperaban el despegue, una azafata se les acercó. Les comunicaron que Argentina había prohibido el ingreso de extranjeros. Por más que dijeron que estaban casados y hasta mostraron su acta de matrimonio, las autoridades no reconocieron esa unión porque el documento no estaba apostillado.

Tenían dos opciones: bajarse los dos del avión o que sólo viaje ella. Les dieron minutos para decidir. Casi que les garantizaron que Rubén podía subirse al próximo vuelo. Ahí tomaron la decisión de separarse. Total, en pocos días volverían a estar juntos. Ese fue el comienzo de un calvario que atraviesa esta pareja de primerizos. 

Desde entonces, Juliana pide ayuda por cuanta vía institucional haya. Cancillería, consulados y hasta Presidencia. Hace poco recibió un e-mail escueto sobre que tienen que apostillar el acta de matrimonio para que Rubén sea reconocido como ciudadano argentino y así poder viajar. El problema es que las oficinas gubernamentales están cerradas en México. Y el tiempo se agota.

AMOR A DISTANCIA

Se conocieron hace unos años por chat. Hablaban todos los días, primero como amigos. Hasta que se dieron cuenta que había algo más entre ellos y decidieron dar un paso adelante: conocerse. Juliana sacó un pasaje y se encontró con Rubén en Cancún. “Era a todo nada”, recuerda, convencida. “Desde entonces, nunca nos volvimos a separar”, dice Rubén, que sonríe con timidez.

Su relación se consolidó meses después, cuando se casaron. En ese momento, los dos trabajaban en un hostel e hicieron un festejo íntimo, con amigos. “Fue el día más feliz de mi vida”. Sin saberlo, esa unión no sería completa a ojos de las autoridades argentinas y mexicanas. 

Hace un año, tomaron la decisión de venirse a vivir a la Argentina. Ahorraron durante meses. En diciembre, se enteraron que ella estaba embarazada. “No lo podíamos creer”, dice Juliana. Su marido la observa por la cámara, tentado. Sacaron los pasajes para el 22 de marzo. Días después, ella fue a uno de sus últimos controles y se enteró que tendría mellizas. Rubén la esperaba fuera de la clínica y se asustó cuando la vio llorando. “Son dos”, alcanzó a decirle. Él la abrazó: “Esto pasa cuando hacés las cosas con mucho amor”.

EL PARTO

Le programaron el parto para finales de agosto, pero ya le avisaron que lo más probable es que se haga antes porque cursa un embarazo de riesgo. Ellos no pierden la esperanza y se aferran al amor que se tienen. “Que no se preocupe. Voy a hacer todo lo posible para estar con ellas. Quiero ser el padre y el esposo que ellas se necesitan. Vamos a estar bien”, le dice. Emocionada, Juliana le responde: “Lo que más deseo en el mundo es que podamos ser esa familia que tanto deseábamos”. 

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