Portada  |  06 mayo 2021

Sonámbulos: irse a dormir sin saber lo que puede ocurrir

Para las personas con sonambulismo, la noche es sinónimo de incertidumbre. Se van a dormir sin saber lo que puede ocurrir a oscuras. Y se despiertan conscientes de que probablemente- hace tan solo unas horas- hablaron, rieron, se enojaron o se trasladaron involuntariamente.

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Flor vive con su pareja, y cada noche antes de irse a dormir toma todos los recaudos necesarios para que el sonambulismo no resulte en graves consecuencias. Aparta todo elemento de vidrio, así como también cables o cuchillos, para que queden lejos de su cama. Porque a altas horas nocturnas es capaz de reaccionar con enojo, insultar o agredir a su pareja. También puede llegar a trasladarse a la cocina o hacia la puerta, esconde las llaves de su casa por temor a despertarse en la calle.

Esto último le sucedió a Ezequiel, quien se despertó en la parada de un colectivo. Dormido, llegó a levantarse, abrir la puerta y caminar como si tuviera que ir al colegio. También, en un viaje con amigos, se llegó a despertar perdido en medio de un bosque. La primera reacción que describe es confusión, sensación de soledad e incertidumbre. Se suele tardar unos minutos en reaccionar por completo, en despertar de aquel sueño profundo. Y en ocasiones le da vergüenza, porque sabe que alguien puede llegar a encontrarlo hablando con un objeto o cambiando televisores o electrodomésticos de lugar. Incluso diciendo o revelando cosas que guarda en su privacidad. Todo mientras duerme.

Tamara también tiene episodios de sonambulismo. Desde muy chica sus familiares solían grabarla a la noche. Buscaba medias entre los cajones y se vestía dormida. Una madrugada se levantó desesperada porque creía ver un incendio y despertó a su marido completamente convencida de un peligro inminente. Es corriente que por las noches mantenga conversaciones ficticias, con los ojos abiertos.

Y todo sucede sin incluso recordarlo. El despertarse implica enterarse de acciones- a veces graciosas, a veces preocupantes- que su mismo cuerpo llevó a cabo.
Para algunos este tipo de situaciones genera impotencia, porque aunque existen diversas investigaciones en curso, no hay medicamento o tratamiento específico para “curar” o disminuir la frecuencia y grado de sonambulismo en la cotidianeidad. Lo que sí se recomienda es mantener una “higiene del sueño”: organizar estrictos horarios de sueño, comer de forma saludable, no acostarse justo después de haber utilizado celulares o computadoras, entre otros. También se sugiere despertar a la persona con tranquilidad y, sin asustarla, llevarla a su cuarto nuevamente.

Son varios los que actualmente conviven con estos episodios y quizá hasta el momento no se han enterado. Más allá de las presentes recomendaciones y de los estudios en curso, es como si el sonambulismo nos enseñara que, como humanos, no podemos controlarlo todo.

Para muchos, hay un horario en la noche, cuando reina la oscuridad, que todo puede llegar a suceder.

Agradecimientos:
FUNDACIÓN INECO
Pablo Lopez: Psicólogo, coordinador del programa de tratamiento del insomnio de INECO y Director Académico de Fundación INECO MN 36163
Lic. En Psicología Marina Alfie

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