En Corea del Sur presentaron una sala inflable de "presión negativa" para aislar y tratar a pacientes con enfermedades infecciosas como COVID-19, después de que la pandemia expusiera la escasez de camas de este tipo en todo el mundo.
Las habitaciones utilizan un sistema de ventilación que crea presión negativa para permitir que el aire fluya hacia la sala de aislamiento y se canalice de manera segura, lo que ayuda a prevenir la propagación de patógenos transportados por el aire.
Los módulos de la clínica móvil diseñados por un equipo de investigación del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST) son grandes carpas inflables tipo invernadero, que según el instituto cuestan una quinta parte del precio de construir una sala de hospital convencional.
Los marcos, los paneles y la iluminación se pueden ensamblar en el lugar para formar una sala de presión negativa con un espacio de entrada separado y una cabina de ducha en solo 15 minutos, y se necesitan menos de 24 horas para instalar toda la carpa de aire con cuatro de estos. habitaciones.
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